Parece que fue justo ayer cuando estaba sentada en el "Gabi" con mis amigas tomando una copita para celebrar las Fiestas del Monte, la semana más grande de A Guarda, mi pueblo, por si hay algún despistado (je je), y cuyo fin casi significa el final de todo lo bueno, es decir, de la fiesta y de vacaciones. Pero bueno, no hay que ponerse tristes, sino que sólo tenemos que empezar a pensar en las próximas vacaciones como pueden ser las Navidades o un puentecillo que haya perdido en el otoño, que siempre viene muy bien (esta terapia la aplica siempre mi prima de Vitoria y la verdad es que funciona, ¡que no decaiga! ;-) .
Toca el momento de descolgar el cartel de cerrado por vacaciones y ponernos manos a la obra. Yo tengo diferentes propósitos para esta temporada: hacer un curso de alemán o un tándem que es más baratito, eso sí, a ver si encuentro una compi de conversación que sea alemana y simpática, que seguro que las hay, je je (es coña); apuntarme al paro, ya que nunca se sabe y pueden necesitar en alguna empresa a alguna persona que hable español y chapurree el alemán (ya sé, soy un poco demasiado optimista, ¿no?) y sobre todo, sacar el máximo provecho de estar en este país para conocerlo un poquito más y hablar, de una vez por todas, dignamente este idioma.
En cuanto al verano, creo que le voy a dedicar varios blogs en los próximos días. Muchos de los mejores momentos los compartí con la mayoría de los que leéis este blog, oséase, con mi familia, con mi D y mis amiguitas/os. Las Fiestas del Monte, la visita al Monasterio de Piedra en Zaragoza y la despedida de solteros de César y Mari Carmen han sido los tres momentos principales de mis vacaciones este año, que terminaron el día 27 de agosto, que no es otro que el de mi cumple.
En fin, que espero que nos encontremos a menudo por aquí. Ahora tengo cita con las labores domésticas y después ir a comprar un colchón, que no es poco.
Buenos días a todos, todos.